Sobre Nosotros
Todo partió durante la pandemia, encerrados en casa con la familia. En medio del encierro, decidimos montar un pequeño taller de herramientas en un espacio que teníamos disponible. No era una idea ambiciosa, sino una forma de compartir, construir algo juntos y hacer más llevaderos los días. Entre todos los proyectos que salieron de ese taller improvisado, hubo uno que llamó especialmente la atención—uno que, sin buscarlo, se convirtió en el origen de Terrafuego.
Todo comenzó con una imagen que nos hizo reír: un meme que mostraba un encendedor incrustado en un bloque de cemento. Se veía tosco, sin gracia, pero su mensaje era claro. Era un encendedor imposible de perder o robar, como esos lápices con cadena que se amarran en los bancos. La idea quedó dando vueltas.
Hice una versión propia, esta vez con un poco más de cuidado. Le di forma, le puse algo de estética. Lo dejé donde mi hermano, sin ninguna intención comercial. Pero pasaron cosas que no esperaba: varias personas lo notaron, preguntaron, quisieron uno. Algunos se reían, otros lo encontraban bonito. Algunos no le veían sentido. Y eso fue justamente lo que más me gustó.
Con el tiempo, empecé a hacer algunos más. Al principio, solo para amigos y familia. Pero la curiosidad seguía creciendo. El producto, sin proponérselo, generaba conversación. Rápidamente empezaron a llegar pedidos de personas que no conocía. Fue ahí cuando entendí que valía la pena tomarse en serio algo que había nacido como una idea absurda. Comenzó un proceso largo, lleno de ajustes y pruebas, para desarrollar una versión real: un encendedor que no se perdiera, que no se pudiera robar, pero que también fuera estético, lo suficientemente sobrio como para ser parte de una casa, una terraza o un comedor. Un objeto que no se escondiera, sino que tuviera su lugar.
Conté con la ayuda de un artista que trabaja el cemento y que me apoya en la fabricación de las piezas. Juntos logramos perfeccionar el diseño hasta llegar a un equilibrio entre forma y función. Con cada iteración fuimos integrando sugerencias, comentarios, observaciones. Así nació el producto que hoy ves en esta página. Y como la mayoría de las personas lo usaba en mesas de terrazas, el nombre terminó naciendo solo: el encendedor de mesa.
Terrafuego es eso: una marca que nació desde la curiosidad, desde el juego, y que busca transformar objetos cotidianos en piezas que tienen algo que decir. Este encendedor fue el puntapié inicial, pero hay otros proyectos en desarrollo, todos con la misma intención: observar lo que damos por hecho, y reimaginarlo con más intención, más carácter y más atractivo.
Desde siempre existió el sueño de crear productos propios, de dedicar tiempo y energía a ideas que normalmente se quedan solo en la cabeza. Terrafuego fue la excusa perfecta para comenzar. Lo que partió como una idea improvisada terminó tomando forma real, y hoy se proyecta como el inicio de algo más grande: un camino donde seguir creando, perfeccionando y creciendo paso a paso.